domingo, 2 de octubre de 2011

Las calles que conducen a tu frente



Las calles que conducen a tu frente 
se han vestido hoy de caracolas malvasía,
de ojos zarcos que chapotean en aguachares.
En las veredas que socavan tu frente
hay soldaditos de plomo que venden vidas al por menor,
buhoneros que guerrean contra asaltadores de destinos.
Por la liana de tus nalgas 
se descuelgan monos de colores con ánimo de molestar,
no hay camino que llegue a tu frente
ni vereda que rodee tu cuerpo,
solo crápulas emboscados asedian a la luna llena.
En los empedrados de mi corazón
los  sentimientos más elevados son los del lagarto
cuando pinta de azul los peñascos del majano,
manojo de luces descansan bajo losas de mármol.
Hay niños de rocío que manipulan los recreos,
de los dinteles cuelga la sombra de los necios,
no hay medicina que cien años cure
la enfermedad de los desamores que han cristalizado
ni promesa que absorba el polvo de las hornacinas.
De los balcones de tu frente cuelgan guirnaldas de cruces
y lívidos sonríen  los muertos de amores,
livianos escoyos de plata se disuelven en el amargo café de tus ojos.



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