Había ecos de nuestras palabras que el viento arrastraba de acá para allá, se arremolinaban en esquinas, ascendían vertiginosos por tiros de escalera, se posaban en cornisas, caían plácidos hasta que, de nuevo, el viento los hacía suyos y vuelta a empezar.
sábado, 24 de septiembre de 2011
Hay en tu cuerpo grietas
Hay en tu cuerpo grietas que conducen a donde mueren las culebras
caracoles en la hoguera
ríos que se funden con el azul del quiero
rosas de parafina
flamencos de porcelana
pléyades en almíbar
noches en llamas
desfiladeros y cañones
llantos y serenos lagos
veredas de aguas bermejas que se evaporan en niñas con alas de purpurina.
Hay en tu cuerpo un valle
una sima y un collado
un rebaño y una guadaña
hay un lobo estepario que aúlla a la luna.
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